Sábado 7 de febrero de 2009, se promulgó la nueva Constitución de Bolivia. ¿O debemos decir la Primera Constitución de Bolivia? Es la primera de una Bolivia que se sacudió de encima el yugo del colonialismo, mantenido por  los blancos y mestizos que sucedieron a la colonia española en la dominación inhumana de la mayoría, descendiente de los pueblos originarios.

En días -se aguarda su publicación-  entrará en vigencia una Carta Magna que tuvo el aval del 61,43 por ciento -resultados oficiales- de los votantes (alcanzaron el 90.26% del padrón, la mayor registrada) el 25 de enero, cuando se requería por ley el 50 por ciento más un voto. Es la primera en la historia de este país en ser aprobada por el pueblo en referéndum, ejercitando un mecanismo de democracia directa consagrado en la Constitución. En el mismo plebiscito se dirimió por voto la controversia sobre la extensión de los latifundios, que se fijó, por amplia diferencia -83 % a favor-, a partir de las 5.000 hectáreas.

Hemos hablado y escrito mucho -tal vez no lo suficiente- sobre esta Constitución. Hay varias notas, donde destacamos que  consagra un estado plurinacional orientado por valores humanistas, dirigido por autoridades que se eligen y ratifican en una democracia participativa. Un Estado que renuncia a la guerra y garantiza el control sobre las inmensas riquezas naturales de Bolivia; que recoge el derecho de las autonomías departamentales con una visión integradora, opuesta a los intentos secesionistas impulsados por las minorías históricamente privilegiadas, lo que equivale a decir:  anti belicista y anti racista.

Esta constitución respeta cuatro tipos de propiedad (incluso la privada) en una economía plural, los valores colectivos, el derecho al autogobierno en las autonomías, la educación bilingüe y el reconocimiento de más de 30 lenguas originarias; el derecho a la salud, los derechos de la mujer, los trabajadores, los niños, ancianos, discapacitados.

Hay que leer este texto porque es un ejemplo de integración de lo diverso y multicultural que bien puede servir de base a la futura Constitución Latinoamericana y a los documentos previos que se vayan acordando en este proceso iniciado con el MERCOSUR, el ALBA y  Unasur.

Este ha sido un paso importante porque se ha dado un marco institucional que es fundador de una nueva República en Bolivia. “Una nueva Independencia” dijo el Presidente en los actos de hoy. Ahora siguen etapas difíciles y se requiere un arduo trabajo para convertir en realidad los derechos declarados. Una tarea que compete a cada ciudadano boliviano y que se concretará  participando, apoyando al gobierno tanto como se lo controla, sugiriendo prioridades, aportando a la unidad.

Es mucho lo que ha hecho el gobierno de Evo Morales y Álvaro García Linera con el apoyo de la población en dos años de gobierno. Nuestra admiración y respeto -otra vez sea dicho-  hacia el gran pueblo boliviano.

Nacion Humana:
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