Llegar al Calafate no ha sido facil. La ruta de ripio por la 40 que empalma con el asfalto es de 70 km donde no hay nada, excepto un puesto de policia donde no hay policias y una pequeña cabaña del estanciero que cuida del ganado de varias estancias. Aqui es donde hemos montado la tienda para pasar la noche y Federico que es el hombre timido que cuida la estancia nos ha ofrecido 3 huevos para cenar.

Al salir al asfalto se anunciaba una hosteria en el cerrito pero nada. Cerro hace años. Gracias a unos obreros que estan alli y que nos ofrecen algo de comer, reponemos fuerzas. El grupo de ciclistas canarios se juntan al rato y claro no hay para todos. Se van.

Ya de camino al Calafate el viento vuelve de visita y un camionero que nos ve tirados en la carretera para y se ofrece a avanzarnos los 16 km que nos separan de la bajada a la llanda del Miradon. Se llama Daniel y es un amante de su Argentina eterna.

Buen conversador y nos llama la atencion como se va haciendo sus mates mientras conduce. El poder hablar con la gente corriente te da la dimension correcta del viaje. Nos despedimos y nos lanzamos hacia la busqueda del rio Bote, Acampada y con el ruido de los camiones pasando al lado conciliamos el sueño que viene tarde.

A la mañana del 28 martes hacemos los 45 km que nos separan del Calafate. Lo primero que se ve es un mostruosos hotel azul que otea en un altonazo de la montaña, el resto edificaciones bajitas y arboledas que protegen del viento las avenidas turisticas de este Benidor argentino donde confluimos gringos de todas las partes del planeta. todo por admirar y sentir esos hielos glaciares que guarda El Perito Moreno.

Es un Glaciar vivo, con sus sonidos atronadores al desprenderse los hielos que el calor hace quebrar. Uno no se cansa de ver la extensa lengua azulada del glaciar, un espectaculo visual que incita a reflesionar con cada bloque de hielo que se desprende.

Hoy nos vamos a tomar el dia libre, vamos a ir a lavar la ropa, escribir a la familia, comer algo en condiciones y visitar a un amigo de Agustin Egurrola que se llama el vasco y que le atendio muy amablemente cuando estuvo por aqui.

Olvidar la bicicleta por un par de dias es una autentica gozada, no obstante esta tarde la engrasare y ajustare todos los tornillos que el ripio se encarga de aflojar.

cuando el sol luce hace calor y cuando se quita uno pasa frio. El dia amanece a las 4.30 y anochece a las 10.30.

La municipalidad nos ha alojado en el gimnasio y tiene su guasa ya que los partidos acaban a las 2 de la mañana y el ruido con eco del balon cae en los oidos como bombazos que no cesan. Eso si la estacia nos sale gratis y es muy espaciosa como podeis ver en la foto.

Besotes a todos los que nos quieren y a los que nos odian otro beso mas fuerte.

Publicado por luis markina & emilia curiel en 7:05

Fuente:
http://patagoniaenbici.blogspot.com/