Escudo espacial
Peligro nuclear
La noticia se conoció el día 6 y los diarios de lengua española (“El Universal” de México, “Clarín” de Argentina, “El Mundo” de España entre otros) la dieron a conocer el domingo 7 de diciembre de 2008. “Clarín” la publicó citando un cable de DPA y AFP, las agencias alemana y francesa, habitualmente bien informadas. La información se refería a los atentados terroristas en Bombay y el titulo consignaba “India y Pakistán casi van a la guerra por una falsa llamada”.
En la nota se explicaba que alguien, que se hizo pasar por el Ministro de Relaciones Exteriores indio, llamó al presidente de Pakistán y le anunció “que la India realizaría acciones militares si el gobierno no actuaba de inmediato contra los autores de los actos terroristas de Bombay”.que, según se sospecha, provenían de Pakistán.
La llamada fue verificada por la seguridad pakistaní como proveniente del Ministerio de Relaciones Exteriores de India; la voz era idéntica a la del ministro, no era el primer enfrentamiento entre ambos países (hubo tres situaciones en la historia reciente) y la amenaza se tomó en serio, al punto de que se movilizó de inmediato a las fuerzas armadas y se dio aviso a Washington. Fue una situación “en extremo grave” -explica el cable- “porque son potencias nucleares”.
“Durante 24 horas el incidente tuvo en vilo al mundo” dice la prensa. Preguntamos: ¿Ud estaba informado? ¿Lo sabía? “Para algunos lideres mundiales la probabilidad de una guerra accidental fue muy alta”, afirma Diario Dawn, pakistaní.
Hablando con funcionarios de la esfera diplomática y consultando otros medios de comunicación comprobamos que: a) la noticia publicada por el periódico en lengua inglesa Dawn no fue desmentida; b) pocos supieron de estos hechos y no se le concedió importancia masiva. Solo los políticos se preocuparon.
Fuentes oficiales, citadas por la cadena de noticias británicas BBC comentaron que “EEUU y el Reino Unido debieron esforzarse por evitar la guerra” mediando ante India, que “quería dar una lección a Pakistán”. El peligro de guerra fue real.
La indiferencia es el punto a considerar. La actitud infantil de cubrirse la cabeza con la sábana cuando se está en peligro parece ser una conducta aceptada por la población en todo el mundo. O bien se trata de que la conciencia soslaye la información que no puede digerir. O que la niegue.
Lo cierto es que los sucesos de Bombay pusieron en evidencia –aunque sólo para algunos, insistimos- que ha vuelto a ser realidad la posibilidad de una guerra nuclear y de sufrir -en cualquier lugar del mundo- los efectos residuales de una confrontación nuclear entre oponentes políticos y religiosos con ese tipo de armamento. La radiación, claro, que no sabe de divisiones administrativas llamadas países, llegará para todos.
Es bueno reflexionar sobre nuestros miedos, sobre nuestra negación del tema y sobre nuestra inoperancia. La globalización convirtió a todos los países en lugares expuestos. Podemos ser víctimas de nuevos ataques terroristas y sufrir las consecuencias de enfrentamientos con armas nucleares.
A partir del fin de la Guerra Fría, donde las amenazas mutuas entre las superpotencias llegaban hasta un punto y desde allí se volvía a encontrar el equilibrio, precisamente para evitar una confrontación nuclear que se sabía definitiva, han ocurrido tres cosas muy graves: una, que hubo dispersión del armamento nuclear al fragmentarse en nuevos países, una nación con mucho armamento nuclear, como es el caso de la URSS; dos, que hay fuertes indicios de que hay bombas atómicas en poder de grupos no confiables de diverso signo; y tres, que los enfrentamientos ideológicos se han convertido, en el siglo 21, en luchas político-religiosas. Ya se sabe que cuando se trata de enfrentamientos entre fanáticos religiosos, no es tan fácil prever tiempo y lugar de los atentados y mucho menos, impedirlos.
Más que en otros momentos, a comienzos del siglo 21 la humanidad está en peligro.
Mientras existan las armas nucleares existe la posibilidad de que se utilicen, de que uno ataque y otro responda. Por decisión o por error, pero con el mismo resultado. No hay seguridad para nadie en ningún lugar del mundo frente a la demencia armamentista.
Tal vez sea útil dedicar algún tiempo a trabajar por el desarme nuclear. Antes de que definitivamente no haya tiempo.
http://luisammann.com.ar/2008/12/13/peligro-nuclear/
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