Escudo espacial
Humanistas sobre la situacion en Afganistán
13.11.2008
5 de Noviembre de 2008
El 7 de Octubre de 2001 la operación militar de los EUA “Operación Paz Duradera” fue lanzada conjuntamente con el Reino Unido en respuesta al ataque a los EUA del 11 de Septiembre. Esto dio comienzo a la llamada “guerra contra el terror” que todavía continúa.
El objetivo declarado era el de capturar a Bin-Laden y destituir al régimen Talibán, esto último se llevó a cabo en cinco semanas con la ayuda de las fuerzas Afganas de la Alianza del Norte.
Todo esto ocurría sin ninguna resolución por parte de la ONU que diese algún tipo de legalidad a esta operación; todos los que fueron hechos prisioneros durante esta operación fueron definidos como “terroristas” en vez de “soldados” y por tanto se les denegaron los derechos y la protección de la Convención de Ginebra y fueron sometidos a un proceso judicial.
Hoy han pasado ya más de 7 años y las fuerzas extranjeras están todavía allí y hay cientos de prisioneros retenidos sin juicio en la Bahía de Guantánamo, en la isla de Cuba.
Ante esta situación la Internacional Humanista observa lo siguiente:
1. Esta guerra empezó ilegalmente, todos los países participantes tanto los que contribuyeron con tropas, apoyo militar o incluso con su espacio aéreo son agresores que han violado las leyes internacionales. Únicamente después de que la ONU resolviese crear la ISAF se le dio algún tipo de legitimidad a la operación, y esto se produjo tras declaraciones de George W. Bush, tales como “estáis con nosotros o contra nosotros” , unas declaraciones claramente amenazantes, nada propias del ámbito de la diplomacia.
2. Esta guerra es inmoral, Lo son todas las guerras, desde luego, pero en este caso el uso continuado de uranio empobrecido en Afganistán, que increíblemente ha sido usado en las zonas urbanas más importantes, incluyendo Kabul, con una población de más de 3 millones de personas, asegurará en los próximos años que la mortalidad por cáncer alcanzará niveles inimaginables.
3. Las muertes de civiles ya se cuentan por decenas de miles.
4. Todas las clases de fundamentalismo religioso son anti-humanistas. Cuando una doctrina religiosa es utilizada por líderes políticos o religiosos, para justificar el uso de la guerra o de la violencia como una herramienta para producir cambios sociales o para mantener un sistema social, están en una completa contradicción con el principio básico de sus religiones: la regla de oro – “Trata a los demás como quieres ser tratado”.
Nuestro posicionamiento
Es importante señalar que los Humanistas no han creado esta situación y que no está al alcance de los Humanistas resolverla por sí mismos, y que tampoco queremos ponernos a discutir con quienes tienen intereses económicos en esta zona geo-política.
Esta situación seguramente tiene sus raíces en la colonización Británica que fue seguida por la invasión de la URSS y la guerra con los Muyaidines financiados por los USA y el subsiguiente rechazo de la administración norteamericana de Ronald Reagan a proporcionar cualquier tipo de ayuda para el desarrollo del país tras la retirada de la URSS.
No vemos un modo sencillo de terminar inmediatamente con esta matanza. Sin embargo nuestra forma de abordar el problema sería la siguiente:
1. Iniciar inmediatamente el proceso de retirada de las fuerzas de ocupación de de los EUA y de las ISAF en Afganistán, delegando su misión al Ejercito Nacional Afgano. Los gobiernos extranjeros que intentan incrementar el numero de sus tropas se engañan a sí mismos si piensan que esta acción será beneficiosa, más bien todo lo contrario, cuanto más tiempo permanezcan allí, más odio crearán y mas contribuirán a la reformación de la fuerzas Talibanes.
2. Llevar a todas las partes del conflicto Afgano a una mesa de negociación incluyendo a otros países que tienen intereses en la región como Pakistán, Arabia Saudí e Irán, así como a negociadores de la ONU.
En última instancia esta situación deberá ser resuelta por los propios afganos, de todas las diferentes étnias, sentándose juntos en una mesa para encontrar una estrategia de desarme de la población que está fuertemente armada en todos los bandos. Si se acuerda esto, debería organizarse una Misión de Paz de la ONU, que tuviese una fuerte implicación de los países de la región, que fuesen aceptados por todas las partes, La historia demuestra que es sólo a través del diálogo que se pueden resolver los conflictos.
“Los datos desde 1968 indican que los grupos terroristas raramente dejan de existir como resultado de una campaña militar en la que se gana o se pierde. Por el contrario, la mayoría de grupos dejan de actuar gracias a las actuaciones llevadas a cabo por la policía local o las agencias de inteligencia o por que se integraron en el proceso político”.
3. El dinero que se gasta en operaciones militares en Afganistán, estaría mejor empleado en el desarrollo económico del país y en el retorno con éxito de millones de afganos refugiados en el extranjero. Afganistán necesita una economía suficientemente fuerte para proporcionar puestos de trabajo, salud y educación a todo el conjunto de la población sin discriminación, de un modo que no sea dictado por el FMI ni el Banco Mundial, con sus intereses creados en implementar un modelo económico fracasado, en otro país más.
4. Encontrar un modo de llevar ante los tribunales a Bush y a Blair por los crímenes de guerra cometidos en Afganistán como consecuencia de todas las muertes de civiles y por el uso de Uranio empobrecido y de bombas de dispersión en el país.
5. Invertir inmediatamente dinero adicional en servicios médicos para tratar los casos de cáncer y en la descontaminación del medio ambiente, necesaria para reducir al máximo posible los efectos del polvo del Uranio en el país.
6. Inversión inmediata en un sistema educativo no violento y de resolución de conflictos cuya finalidad sea dotar a la gente de herramientas que les permitan cambiar la sociedad sin tener recurrir a la violencia.
Esto no es todo lo que hace falta. Es necesaria una solución internacional conjunta en el marco de la Asamblea de la ONU para poner fin a la violencia en Afganistán; una solución que parta de base de la no violencia como metodología de acción.
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I) La Asamblea General de la ONU tiene una resolución que define lo que es una agresión: http://www1.umn.edu/humanrts/instree/GAres3314.html
II) Las ISAF fueron autorizadas por el Consejo de Seguridad, resolución 1386 de Diciembre de 2001 y la última resolución que ampliaba el mandato fue la 1806 que tiene vigencia hasta el 23 de Marzo 2009.
III) http://archives.cnn.com/2001/US/11/06/gen.attack.on.terror/
IV) http://www.rand.org/pubs/research_briefs/RB9351/index1.html
Sudhir Gandotra - Vocero del Nuevo Humanismo para Asia
Ivan Andrade - Vocero del Nuevo Humanismo para Africa
Tomas Hirsch - Vocero del Nuevo Humanismo para Latinoamerica
Giorgio Schultze - Vocero del Nuevo Humanismo para Europa
Chris Wells - Vocero del Nuevo Humanismo para America del Norte
El 7 de Octubre de 2001 la operación militar de los EUA “Operación Paz Duradera” fue lanzada conjuntamente con el Reino Unido en respuesta al ataque a los EUA del 11 de Septiembre. Esto dio comienzo a la llamada “guerra contra el terror” que todavía continúa.
El objetivo declarado era el de capturar a Bin-Laden y destituir al régimen Talibán, esto último se llevó a cabo en cinco semanas con la ayuda de las fuerzas Afganas de la Alianza del Norte.
Todo esto ocurría sin ninguna resolución por parte de la ONU que diese algún tipo de legalidad a esta operación; todos los que fueron hechos prisioneros durante esta operación fueron definidos como “terroristas” en vez de “soldados” y por tanto se les denegaron los derechos y la protección de la Convención de Ginebra y fueron sometidos a un proceso judicial.
Hoy han pasado ya más de 7 años y las fuerzas extranjeras están todavía allí y hay cientos de prisioneros retenidos sin juicio en la Bahía de Guantánamo, en la isla de Cuba.
Ante esta situación la Internacional Humanista observa lo siguiente:
1. Esta guerra empezó ilegalmente, todos los países participantes tanto los que contribuyeron con tropas, apoyo militar o incluso con su espacio aéreo son agresores que han violado las leyes internacionales. Únicamente después de que la ONU resolviese crear la ISAF se le dio algún tipo de legitimidad a la operación, y esto se produjo tras declaraciones de George W. Bush, tales como “estáis con nosotros o contra nosotros” , unas declaraciones claramente amenazantes, nada propias del ámbito de la diplomacia.
2. Esta guerra es inmoral, Lo son todas las guerras, desde luego, pero en este caso el uso continuado de uranio empobrecido en Afganistán, que increíblemente ha sido usado en las zonas urbanas más importantes, incluyendo Kabul, con una población de más de 3 millones de personas, asegurará en los próximos años que la mortalidad por cáncer alcanzará niveles inimaginables.
3. Las muertes de civiles ya se cuentan por decenas de miles.
4. Todas las clases de fundamentalismo religioso son anti-humanistas. Cuando una doctrina religiosa es utilizada por líderes políticos o religiosos, para justificar el uso de la guerra o de la violencia como una herramienta para producir cambios sociales o para mantener un sistema social, están en una completa contradicción con el principio básico de sus religiones: la regla de oro – “Trata a los demás como quieres ser tratado”.
Nuestro posicionamiento
Es importante señalar que los Humanistas no han creado esta situación y que no está al alcance de los Humanistas resolverla por sí mismos, y que tampoco queremos ponernos a discutir con quienes tienen intereses económicos en esta zona geo-política.
Esta situación seguramente tiene sus raíces en la colonización Británica que fue seguida por la invasión de la URSS y la guerra con los Muyaidines financiados por los USA y el subsiguiente rechazo de la administración norteamericana de Ronald Reagan a proporcionar cualquier tipo de ayuda para el desarrollo del país tras la retirada de la URSS.
No vemos un modo sencillo de terminar inmediatamente con esta matanza. Sin embargo nuestra forma de abordar el problema sería la siguiente:
1. Iniciar inmediatamente el proceso de retirada de las fuerzas de ocupación de de los EUA y de las ISAF en Afganistán, delegando su misión al Ejercito Nacional Afgano. Los gobiernos extranjeros que intentan incrementar el numero de sus tropas se engañan a sí mismos si piensan que esta acción será beneficiosa, más bien todo lo contrario, cuanto más tiempo permanezcan allí, más odio crearán y mas contribuirán a la reformación de la fuerzas Talibanes.
2. Llevar a todas las partes del conflicto Afgano a una mesa de negociación incluyendo a otros países que tienen intereses en la región como Pakistán, Arabia Saudí e Irán, así como a negociadores de la ONU.
En última instancia esta situación deberá ser resuelta por los propios afganos, de todas las diferentes étnias, sentándose juntos en una mesa para encontrar una estrategia de desarme de la población que está fuertemente armada en todos los bandos. Si se acuerda esto, debería organizarse una Misión de Paz de la ONU, que tuviese una fuerte implicación de los países de la región, que fuesen aceptados por todas las partes, La historia demuestra que es sólo a través del diálogo que se pueden resolver los conflictos.
“Los datos desde 1968 indican que los grupos terroristas raramente dejan de existir como resultado de una campaña militar en la que se gana o se pierde. Por el contrario, la mayoría de grupos dejan de actuar gracias a las actuaciones llevadas a cabo por la policía local o las agencias de inteligencia o por que se integraron en el proceso político”.
3. El dinero que se gasta en operaciones militares en Afganistán, estaría mejor empleado en el desarrollo económico del país y en el retorno con éxito de millones de afganos refugiados en el extranjero. Afganistán necesita una economía suficientemente fuerte para proporcionar puestos de trabajo, salud y educación a todo el conjunto de la población sin discriminación, de un modo que no sea dictado por el FMI ni el Banco Mundial, con sus intereses creados en implementar un modelo económico fracasado, en otro país más.
4. Encontrar un modo de llevar ante los tribunales a Bush y a Blair por los crímenes de guerra cometidos en Afganistán como consecuencia de todas las muertes de civiles y por el uso de Uranio empobrecido y de bombas de dispersión en el país.
5. Invertir inmediatamente dinero adicional en servicios médicos para tratar los casos de cáncer y en la descontaminación del medio ambiente, necesaria para reducir al máximo posible los efectos del polvo del Uranio en el país.
6. Inversión inmediata en un sistema educativo no violento y de resolución de conflictos cuya finalidad sea dotar a la gente de herramientas que les permitan cambiar la sociedad sin tener recurrir a la violencia.
Esto no es todo lo que hace falta. Es necesaria una solución internacional conjunta en el marco de la Asamblea de la ONU para poner fin a la violencia en Afganistán; una solución que parta de base de la no violencia como metodología de acción.
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I) La Asamblea General de la ONU tiene una resolución que define lo que es una agresión: http://www1.umn.edu/humanrts/instree/GAres3314.html
II) Las ISAF fueron autorizadas por el Consejo de Seguridad, resolución 1386 de Diciembre de 2001 y la última resolución que ampliaba el mandato fue la 1806 que tiene vigencia hasta el 23 de Marzo 2009.
III) http://archives.cnn.com/2001/US/11/06/gen.attack.on.terror/
IV) http://www.rand.org/pubs/research_briefs/RB9351/index1.html
Sudhir Gandotra - Vocero del Nuevo Humanismo para Asia
Ivan Andrade - Vocero del Nuevo Humanismo para Africa
Tomas Hirsch - Vocero del Nuevo Humanismo para Latinoamerica
Giorgio Schultze - Vocero del Nuevo Humanismo para Europa
Chris Wells - Vocero del Nuevo Humanismo para America del Norte
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