Escudo espacial
Obama presidente
Ayer los noticieros gringos para América Latina no hablaban de otra cosa: les elecciones en los Estados Unidos de Norteamérica.
Hoy, ya sabemos que ganó Barack Obama y que reemplazará a George W Bush en enero del año próximo. Nada más se sabe, pero se supone de todo. Hay lugar para las más disparatadas elucubraciones, hechas con aires de suficiencia por los mismos que en la década del 90 vendieron el modelo neoliberal, en 2008 no lo pudieron sostener y ahora vuelven a explicar qué hay que hacer. No vamos a sumarnos a ese coro desafortunado.
Ganó Obama. Más importante que eso es que el pueblo de los Estados Unidos ganó: los ciudadanos recuperaron protagonismo, participaron como nunca antes y resolvieron un cambio. Los jóvenes, principalmente. Soplaron aires con aromas de los años ’60.
Además -esto es importante- la mayoría ha votado sin prejuicios raciales, algo que el mundo necesitaba comprobar.
El nuevo Presidente recibe una herencia pesada: una crisis financiera que ya empieza a transformarse en económica y dos frentes de guerra (Afganistán e Irak) impopulares y en los que sus tropas se desangran.
Para Latinoamérica no parece que vaya a haber cambios: hay una receta fija elaborada hace tiempo y no se prometió que se vaya a modificar. En realidad, lo mejor que cabría esperar es que Don Obama esté muy ocupado con los otros temas y descuide a nuestra América.
Para un mundo no hegemónico, con bloques regionales en equilibrio, Obama tiene a su favor una expectativa positiva que no era concebible con McCain. Así lo han expresado tanto China -el gigante asiático- como Rusia. Habrá que ver si le es posible reciclar la colosal industria bélica, una fuente principal del poder real en los Estados Unidos.
La política mundial puede estar frente a un punto de inflexión. Nadie se atreve a afirmar que Obama vaya a contribuir en la construcción de un mundo en paz, sin guerras y sin violencia. Pero muchos se esperanzan.
http://luisammann.com.ar/2008/11/05/obama/
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