Escudo espacial
Quinto Mandamiento
Los jóvenes son las víctimas de los errores y de la mala fe de las generaciones precedentes. Los gerontes incapaces de crear condiciones para su realización las fuerzan a incorporarse a un sistema destructivo. Es una realidad que afecta sobre todo a los países donde la pirámide generacional tiene una gran base, como Latinoamérica, África o Asia. Pero hay señales alentadoras de que están abriendo un futuro con sus propias manos.
Es el caso de “Quinto Mandamiento”, un colectivo de jóvenes que ha empezado a actuar en una ciudad de ubicación geoestratégica en Colombia: Barrancabermeja, la “capital” del Magdalena Medio. La rodea una zona donde hay petróleo y minería y se desarrollan proyectos como la palma africana, el caucho y el cacao. Eso, hablando de emprendimientos lícitos. Los ilícitos, grandes áreas con cultivos de coca, son también muy rentables.
Esa conjunción de factores convierte a la región en un escenario de disputa entre “las mafias narcotraficantes, los terratenientes, los grandes capitales nacionales y las multinacionales que se apoderan de las tierras sembrando terror y muerte con la acción de los grupos paramilitares”. La descripción, que forma parte de un Manifiesto del cual extraemos algunas ideas, se completa señalando que, a lo anterior, hay que sumar la “presencia insurgente (guerrilla) y un fuerte accionar militar tanto en los sectores rurales como en los cascos urbanos de los diferentes municipios.”
“En este contexto -explican- los jóvenes se ven afectados por los diferentes ejércitos, tanto Estatales como ilegales, quienes los convierten en blanco de sus acciones militares o los introducen en la guerra”. Lo hacen “mediante el reclutamiento forzoso o seduciendo con la falsa ilusión de que solucionarán sus problemas económicos empuñando las armas” en un bando o en otro.
Es una ilusión similar a la que presenta la muy difundida serie televisiva “Sin tetas no hay paraíso”. Allí se argumenta que hay una salida económica para las jovencitas dotadas de senos grandes, mediante la prostitución en el círculo de los traficantes de narcóticos.
Frente a ese cuadro de situación “un grupo de jóvenes con sueños, con esperanzas, con la certeza de que las ideas son mas fuertes que las armas… enarbolan una consigna que es un grito: no queremos ser parte de esta guerra absurda”.
Quinto Mandamiento tiene una posición antimilitarista y no- violenta y aspiran a ser parte de la solución. Por eso proclaman “Queremos la vida que el arte irradia, el color vivo del folclor, el alegre movimiento de la danza y la fraternidad del abrazo hermano”.
En este pronunciamiento hay lugar, también, para un llamado a los medios de comunicación a que cumplan responsablemente con su deber de imparcialidad y dejen de culpabilizar a los jóvenes por el sólo hecho de serlo.
“Rechazamos todo atentado contra la vida, contra la dignidad humana, contra las iniciativas de paz -expresan con firmeza- y hacemos un llamado a la solidaridad de la comunidad nacional e internacional con los jóvenes de Barrancabermeja que son blanco de la acción criminal de estos grupos irracionales”.
El documento del colectivo de jóvenes colombianos “Quinto Mandamiento de Barrancabermeja” concluye exigiendo que se respete su “derecho a expresarse y a construir nación con el arte, la cultura, el simbolismo. Exigimos que se respete nuestra orientación sexual, nuestra opción cultural, nuestra forma de vestir, caminar, hablar, bailar, cantar, nuestra forma de vivir. Exigimos nuestra libertad”.
http://luisammann.com.ar/2008/10/15/quinto-mandamiento/
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