Svět bez válek a násilí

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Escudo espacial

Shana Tova

4.10.2008 - Luis Amman

30 Septiembre 2008 - Luis Amman

La fecha es hoy y mañana, pero empezó ayer con la llegada de la noche o con la fuga del sol. Hay quienes miran con alarma cualquier diferencia, otros nos alegramos por la riqueza espiritual que nos proporciona lo distinto.

Hoy hablamos del calendario hebreo, diferente del gregoriano que siguen los países cristianos en occidente. En él, los meses se fijan por el tiempo que tarda la luna en recorrer su órbita y el cálculo de los años se efectúa sobre los períodos solares. La diferencia de 11 días que hay entre ambos criterios se soluciona agregando un mes cada tres años, que es llamado “año grávido, engrosado o bisiesto”. Al no utilizar el calendario gregoriano, cada año el Rosh Ha-Shaná cae en un día diferente. El año pasado la entrada de 5768 fue el 12 de septiembre, este año, el 29.

Para el pueblo hebreo, el mundo cumple 5769 años  desde su creación  y la celebración llamada de Rosh Ha-Shaná se realiza en dos días: hoy martes y mañana miércoles. Pero según los usos y costumbres judíos todas sus festividades se conmemoran desde la víspera y,  por eso,  ya anoche las familias se reunieron en las sinagogas y  alrededor de la mesa familiar.

El año nuevo judío, que sigue al Génesis tal como aparece en la Biblia y celebra la creación del hombre -no de la cultura judía- cae al comenzar el mes de Tishrei, considerado el séptimo. “El día primero del mes séptimo lo conmemoraréis al son de las trompetas”, dice el Levítico (23:24). En este mes se juzgan los actos humanos, que son pesados en la balanza de dos platillos donde se ponen en uno las buenas  y en el otro las malas acciones.

Es el primer día de un nuevo año y es el día del juicio, donde se realiza el balance del anterior y se planifica el venidero.

El aspecto religioso vincula la reflexión de los actos pasados como  preparación  para el día del juicio divino que, de acuerdo a las tradiciones, se conmemora en el Yom Kipur (Día del Perdón), dentro de 10 días. En esa jornada el hombre debe perdonar a sus semejantes para ser perdonado por dios. Según la tradición judía, los nombres de los justos o personas que se han portado bien serán inscritos en el Libro de la Vida y los nombres de los perversos serán borrados de él.

La mesa del año nuevo tiene grandes significados que la tradición mantiene como una forma de trasmitir la cultura.

Tras las abluciones y la bendición del vino se bendice un pan especial que es redondo y con un trenzado en espiral para simbolizar que la vida puede ser un círculo ascendente.

En la mayoría de los hogares el plato principal es pescado y en el momento de comerlo se pedirá a dios que la vida les depare “ser cabeza y no cola”.

En ninguna mesa debe faltar una granada, que contiene 613 granos, igual que los mandamientos a cumplir. Este fruto simboliza la unión del pueblo hebreo y muchos piden que se “aumenten los  méritos y sean tantos como los granos de la granada”.

Asimismo, por las próximas 48 horas habrá dátiles y manzanas con miel como augurios de la “dulzura” que deben  expresarse unos y otros para el año que comienza. Es decir: que el año nuevo sea dulce y bueno.

Los judíos religiosos celebran hoy martes la ceremonia de “Tirar los pecados” en la que piden a Dios que “arroje todos sus pecados a las profundidades del mar”. El acto se realiza frente al mar, frente a un pozo o frente a otra fuente natural de agua.

A toda la comunidad judía un saludo de paz, trabajo y salud.
Shana tova

http://luisammann.com.ar/2008/09/30/shana-tova/


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